viernes, 29 de marzo de 2013

Papa Francisco, una esperanza abierta

La Presidente Argentina en la ONU
         Al cumplirse este 2 de abril, treinta y un años de la recuperación militar de las Islas Malvinas, no se ha avanzado en el sentido de su reintegro territorial a nuestro País. Hoy, las islas continúan en manos de los usurpadores, históricos enemigos de nuestra Patria, criminales de guerra y saqueadores de nuestros recursos. Ellos están amparados en la impunidad que les da el integrar permanentemente el Consejo de Seguridad de la ONU, fuente de la legalidad de estos privilegios, que ya deberían haber sido revisados hace mucho tiempo y que les ha permitido durante mucho tiempo interferir en cuanto lugar del mundo tengan intereses y atacar en forma indiscriminada a cualquier nación, guiados por el simple antojo de potencias económicas y militares privilegiadas por esta anacrónica composición de la Naciones Unidas, que pretende ser la "justicia ecuménica", pero no es así para los colonialistas, que con su derecho a veto se consolidan en el dominio del mundo, cubriendo sus atropellos como si fueran causas para defender la paz mundial, sobre todo si en los lugares donde está en riesgo esta "paz" hay petróleo, oro, diamantes,minerales estratégicos, pesca, agua dulce, pasos comerciales, puntos de dominio geopolíticamente importantes o futura proyección de estas posesiones, para generar falsos derechos que se utilizarán en futuras disputas territoriales para perpetuar el ciclo.
Papa Alejandro VI
En épocas de Alejandro VI, a falta de una justicia internacional, se aceptaba y reconocía, en todo occidente, el "Poder Terrenal" del papado, para dirimir conflictos internacionales, así lo hicieron Portugal y España, cuando fue necesario que se legislara sobre sus posesiones coloniales, de ahí el surgimiento de la Bulas de Donación (1493), que por entonces dividieron las posesiones, de las por entonces potencias dominantes. Este problema geopolítico se agrava con el descubrimiento de América, al incrementarse sustancialmente los intereses a repartir. Refiriéndonos a Las Islas Malvinas, estas siempre, sin discusión ni reclamo por parte de ningún país, pertenecieron a España, bajo el gobierno de las distintas administraciones que luego se convertirían en nuestro País, siendo la última, antes de nuestra independencia, el Virreinato de Río de La Plata. Hacia 1810, cuando se comienza el camino de nuestra independencia, contábamos con un territorio consolidado y sin discusiones sobre nuestra soberanía. Ese poder terrenal del papado seguía siendo la principal fuente de derecho internacional. Cualquier discusión actual sobre el tema en cuanto a su validez para la época, se convierte en anacrónica y un ridículo intento de cambiar el pasado. El Papa resumía en su persona el Poder Espiritual y Terrenal de Dios.
No se intenta decir que en el presente el papado siga siendo depositario de este poder terrenal, la separación de lo civil, de lo legislado por las comunidades, en concreto del Derecho, emanado de la voluntad del pueblo, y lo divino, impuesto por un dogma, está claro. Lo que no esta tan claro es cuanto hay, plasmado como derecho, de todo aquello emanado de los preceptos de la Iglesia y de la religiosidad del pueblo. Bastaría detenerse en los preceptos legales, fuente de todas las legislaciones, y sin duda, es lo mismo que remitirnos a los principios de la Cristiandad, la igualdad entre todos los seres humanos, la libertad como derecho humano inherente y perpetuo del ser, el derecho a la vida en el mas amplio sentido, aclarando, desde ya, que son principios sostenidos por todas las grandes religiones. Simplificando la idea, lo legal y lo religioso continúan aún hoy, en una estrecha relación, como también la referencia constante, puesta en evidencia o no, de La Iglesia y su doctrina, como el "debe ser", a pesar de las criticas y ataques que esta sufre.
Jesuita en las Misiones Guaraníticas
        En la actualidad, donde la principal referencia civil de lo legislado, que debería regir con sus principios al mundo, continúa con "nobles y plebeyos" entre las naciones. ¿Por qué no remitirnos a los preceptos eclesiásticos? a una corte internacional donde no hay naciones ni de primera ni de segunda. Y nos referimos a La Iglesia en cuanto a doctrina, en cuanto a principios, en cuanto a guía espiritual de los cristianos, en conocimiento que la institución humana siempre será imperfecta, que la perfección esta únicamente en Dios. Aunque exista esta imperfección, nunca esta avalada por los principios fundamentales, por lo tanto es factible rectificar el camino, sin perpetuar a una institución que por constitución establece principios de privilegio y consagra lo injusto como legal, pretendiendo imponerlo al mundo, para que solo lo tengan que respetar los mas débiles. Por esto Francisco es una esperanza abierta, si el Papa escucha nuestros pedidos y con la justicia de su doctrina apoya una negociación, puede ser un camino ante tanta injusticia, ante tanta prepotencia y criminalidad amparada, ante tanto "hago lo que quiero porque estoy amparado por el veto y la fuerza de las armas". Solicitemos con humildad a nuestro Papa que intervenga y nos guíe para luchar ante tanta injusticia. Un Papa, que si bien no nos pertenece, es argentino de origen, y además, miembro de a la Orden de los Jesuitas, tan cara a los sentimientos americanos y americanistas. Es imposible dejar de asociar a los Jesuitas con Las Misiones y su defensa de los guaraníes, quienes fueron sometidos constantemente por los portugueses y los inescrupulosos encomenderos de Asunción.
Tratado de Permuta
La orden de los Jesuitas defendió a los habitantes originarios, mientras pudieron y desafiaron los intereses coloniales , oponiéndose a la injusticia de entregar territorios por el tristemente recordado tratado de Permuta, firmado en Madrid en 1750. Para vencerlos, tuvieron que ser expulsados de América por Carlos III en 1767, hasta que por fin, por presiones de todos los países colonialistas, la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, fue suspendida en 1773, en ausencia de otra forma de detenerlos, porque siempre se caracterizaron por su lucha y no abandonar sus causas. Años mas tarde se repara la injusticia de su suspensión y el Papa Pío VII restituye la orden en 1813, año a partir del cual siguieron demostrando sus valores fundamentales, además de una profunda obediencia a la autoridad papal, que los lleva a acatar incluso una bula en contra de su propia orden. Hoy un jesuita no puede desoír un pedido de justicia, sin contar con que ya son conocidos sus sentimientos sobre Malvinas,(ver discurso del 02-03-2008)
Si también este camino fuera estéril, tendremos que pensar en que los pueblos, tarde o temprano, se alzarán
Papa Francisco
contra las injusticias, aunque muchas veces con vías equivocadas y dolorosas, se mira hacia el fin y se pierde de vista el camino que se transita. Por ahora, la política tiene la palabra y la acción, luchemos para respaldar nuestra soberanía, pongamos como prioridad los principios de Nuestra Nación, dejemos de lado los intereses mezquinos personales o partidarios, que solo crean odios y fracturas sociales. No se puede seguir con pensamientos secesionistas como “ellos o nosotros”, en la Argentina todos somos “nosotros”, “ellos” son nuestros enemigos, no incentivemos que se los busque entre hermanos, si hay traidores, para eso están las leyes, no lleguemos a extremos y tratemos que triunfe la justicia y la razón por sobre la prepotencia, por el pasado que nos impulsa, por el presente que nos duele y por el futuro que debemos legar a nuestros hijos.
Viva La Patria!!!, gloria y honor a nuestros muertos y reconocimiento eterno a nuestros combatientes.     
Como debe ser, nuestra bandera flameando en Malvinas








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