viernes, 10 de noviembre de 2017

Batalla de la Vuelta de Obligado


El 20 de noviembre de 1845 se libró en aguas del Río Paraná, en la Vuelta de Obligado, partido de San Pedro, Pcía de Bs.As., la Batalla del mismo nombre, entre las tropas de la Confederación al mando de Lucio Mansilla y la flota anglo-francesa, que pretendía remontar libremente los ríos argentinos. Siempre que hablamos de las invasiones inglesas decimos 1º y 2º (1806 /07) y no tenemos en cuenta todos estos atropellos, este no fue un bloqueo es una invasión, algunos de nuestros historiadores tienden a ocultar con cambio de palabras los verdaderos hechos, bloqueos, sitios, usurpación, que al oído suenan distintos. ¿Será simple didáctica para que la enumeración no confunda? O el número sería tan grande que sería demasiado didáctico para ubicar quien es nuestro ancestral enemigo.
Buenos Aires era el puerto único de la Confederación Argentina, por estar, en el, concentrado el poder económico, por egoísmo de Bs. As., por costumbre y porque el transporte por el Paraná se hacía dificultoso a los buques de calado importante, movidos a vela, que debían navegar contracorriente, misión esta, que insumía mucho tiempo y elevaba los costos, no pudiendo competir con el tráfico de las pequeñas embarcaciones que remontaban el Paraná, cosa que cambiaría con el adelanto tecnológico del vapor aplicado a las naves y que al momento de Obligado ya los teníamos en nuestros ríos pretendiendo adueñarse de todo. Durante su gobierno, Rosas debió enfrentar una vez mas, (ya se habían apoderado de Malvinas) la agresión a la soberanía del país.
En 1838, Francia, entre cuyas causas se destaca la exigencia por obtener tratamientos especiales para sus súbditos, por encima de la ley vigente y que se resolvió finalmente con el Tratado Mackau-Arana en 1840, y el que nos convoca a este tratamiento en 1845, Inglaterra y Francia unidos en la piratería y la imposición de la fuerza como única razón. La enumeración de las causas sería muy prolongado y tal vez inútil cuando detrás de todo esto, está el interés económico de las potencias mundiales del momento y todo lo que analicemos sería buscar causas, que aunque no hubieran existido se habrían buscado otras pero las invasiones igual se habrían realizado, por que lo que se quería, era apoderarse de las riquezas de nuestros países. Lo cierto es que con Uruguay como excusa en 1845 se debió enfrentar la prepotencia colonialista, que decidió invadir el país. Con una flota mercante de mas 90 embarcaciones, con un cargamento estimado en 700.000 patacones a la espera del resultado, hubo de todas banderas, no faltando además de los invasores, barcos norteamericanos, holandeses y dinamarqueses, y la simpatía de los Paz y los Lavalle, lo que llevó al gobierno de la Confederación a lanzar una advertencia: “consideraría piratas a quienes navegasen el Paraná sin autorización”. Protegida por la escuadra de guerra anglo- francesa. La primera acción del ataque fue, el 5 de septiembre de 1845, al tomar la isla de Martín García, al mando de Garibaldi, (héroe italiano). De allí la escuadra atacante se interna por el río Uruguay, atacando Gualeguay, donde se produce un verdadero saqueo: caballos y arneses, ropa y todo lo que se les ocurrió, incluyendo violaciones y cautiverio de mujeres, pensar que todavía, hay en nuestro país muchos lugares nombrados en su homenaje. También atacó Salto y Concordia, manteniendo su piratería por todo el río Uruguay. Mientras la armada del Paraná se asentó en Ibicuy, planificando su acción. El 17 deciden continuar por el brazo del Paraná Guazú. La flota mercante queda a la espera en el Ibicuy. A todo esto, Mansilla recorre la ribera del Paraná, buscando el lugar propicio para detener el ataque, decidido que sea la Vuelta de Obligado el lugar para la defensa.(ver mapa satelital) El paraje esta situada sobre la margen derecha del Río Paraná, allí, en el recodo que hace el río, con una profundidad de unos 15 mts, y un ancho de aproximadamente 700 metros entre barrancas, se disponen barcazas unidas con gruesas cadenas para tratar de cerrar el río y se instalan baterías en la costa, todo muy humilde y hecho a pulmón, apoyados con una tropa de milicias (tropa no profesional), también participa la caballería gaucha de la Provincia de Bs. As y 400 hombres de infantería del cuerpo de Patricios, en primera línea, bajo el mando del cnel. Ramón Rodríguez. La fuerza aliada invasora formada por las naves inglesas Gorgon, de 1200 tn impulsados a vapor, buque insignia al mando del comandante en jefe, cap Hotham; el Firebrand, también impulsado a vapor, comandado por el cap. Hope, la corbeta Comus al frente del cap. Inglefield; los bergantines Philomel del cap. Sullivan; el Dolphin con el cap. Leving y el Fanny al frente del cap. Key. Esta flota inglesa portaba en total 50 cañones. La escuadra francesa estaba formada por el vapor Fulton de 650 tn al mando del cap. Mazeres: la corbeta Expeditive del cap. De Muriac y los bergantines Pandour de Du Marc, el Procida con el cap. de la Riviere y la nave capitana St. Martín al frente del comandante en jefe Trehouar. Los vapores Gorgon, Firebrand y el Fulton. Los cañones franceses sumaban 49 piezas. Como complemento Mansilla ordena que la flota de río de la Confederación, a cargo de Erézcano y con la goleta “Chacabuco”, la balandra “Carmen”, los pailebotes “Arroyo Grande” y “Apremio” y el lanchón armado “Buena Vista” obstruyera el paso de la Ramada, ubicado a unos 10 Km. aguas abajo de la desembocadura del arroyo Lechiguanas, en el Paraná Pavón por medio de 7 lanchones atravesados por 2 cadenas, y unos pocos echados a pique, estando sostenida desde la costa por un destacamento a las órdenes del tte. cnel. Jorge. Con esto quedaba protegida la entrada a la población de Victoria, y en la boca del Gualeguay el gobernador de Entre Ríos dispone una guardia de 40 hombres. También se dispuso un servicio de 4 postas que servía de vigilancia y a su vez mantenía informado perfectamente a Mansilla. Llega el día, y los atacantes se ponen en marcha, con la St. Martín, al frente, nave capturada a las fuerzas argentinas. Mansilla arenga sus tropas:” ¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria, al navegar, sin mas título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país .¡Pero no lo conseguirán impunemente! Tremole en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea”. Los criollos entonaron entonces el Himno Nacional acompañados por la Banda de Patricios y a su fin Mansilla da la orden de fuego y detrás un sonoro ¡Viva la Patria! Y las 4 baterías al unísono comenzaron a descargar sus proyectiles. Transcurrían 43 minutos después de las 8 de la mañana. El St. Martín recibe una andanada que la deja maltrecha, casi pierde su palo mayor (recibió 11 impactos a lo largo del combate) y de su tripulación 44 hombres quedan fuera de la acción, entre ellos el 2° y el 3° oficial. Un impacto la deja a la deriva. Para las 10,30 el combate se generaliza y 2 hs mas tarde el bergantín Republicano, que apoya el bloqueo del río, agotada su munición es volado por su capitán, Craig, y el fuego se esparce por los lanchones a su costado y que como verdaderas naves de fuego son soltados por los criollos, pero la correntada los impulsa lejos de los atacantes. La escuadra hacía estragos sobre las baterías, que pese a ello continuaban respondiendo. Tanto es así que los argentinos ponen fuera de combate a los bergantines Pandour y Dolphin, silenciando los cañones mayores de la Fulton, obligando a retirarse al Comus, mientras que el St. Martín vagaba a la deriva. En las baterías aumentaba el heroísmo y el entusiasmo, pero también la preocupación porque los proyectiles se acababan. Las fuerzas invasoras en un acto de desesperación del capitán Hope embarca a algunos hombres en tres pequeñas y rápidas embarcaciones y se dirige resueltamente hacia las cadenas, logra cortarlas. Inmediatamente se filtró primero la Fulton, y luego la Gorgon y la Firebrand, los 3 impulsados a vapor, y comienza a bombardear las baterías sobre ambos flancos, el enemigo, logra desembarcar y concentra sus fuerzas de infantería, se ordena una carga de caballería, que obliga a los enemigos a volver a remo a las naves. Hacia las 16 el bombardeo se hace irregular, los proyectiles se están agotando en las baterías criollas, ya cayendo la tarde Mansilla intentó frenar el desembarco con una carga cuerpo a cuerpo y a cuchillo, cayendo el mismo, mal herido, haciéndose cargo su segundo el cnel. Crespo. Sobre las 19 el combate casi ha terminado. Los criollos se repliegan a dos leguas de distancia hacia San Nicolás, dejando en el campo de Obligado 250 muertos y 150 heridos. Las pérdidas invasoras fueron: franceses 18 muertos y 70 heridos, mientras que los ingleses 10 muertos y 25 heridos. Y en cuanto al material perdido, cayeron en poder de los piratas los 21 cañones fijos de las baterías, de los cuales se llevaron a bordo 10 de bronce, como trofeos y el resto se tiró al río. Se apoderaron de las 24 barcazas que sostenían la cadena y de una importante cantidad de chalanas. El Republicano fue volado. Al tener noticias de la Batalla de la Vuelta de Obligado, San Martín escribe a Guido el 10 de mayo de 1846”...los interventores habrán visto… que los argentinos no son empanadas que se comen sin mas trabajo que abrir la boca...” y mas adelante el propio Gral. San Martín le escribe a Rosas:”...la batalla de Obligado es una segunda guerra de la Independencia” El parte de guerra correspondiente a la batalla fue elevado por Mansilla a Rosas el 20 de diciembre, en razón de su convalecencia. De puño y letra eleva al gobernador, un pormenorizado relato del Combate y donde estima que sus fuerzas soportaron entre 12.000 y 15.000 proyectiles entre bombas y granadas. Destaca el comportamiento de todos sus hombres y la labor de doña Petrona Simonino, “la nicoleña” esposa del Cap, Silva por su abnegada atención a los heridos. La flota atacante remontó el río hasta Corrientes y Asunción luego de permanecer durante 40 días detenida en reparaciones, retoma su marcha, escoltando ahora a un convoy mercante compuesto por 92 naves comerciales que esperaron escondidos en el Ibicuy. Mansilla, una vez repuesto de sus heridas junto con Alzogaray continúan hostigando al gran convoy, en su ruta río arriba, con baterías volantes a cincha de caballo, integradas por 10 cañones. Se suceden los combates, el presunto triunfo de las fuerzas mas poderosas del mundo unidas contra la Confederación, apenas logran hacer algunos negocios que luego perdieron en su retirada. Analizar la batalla de La Vuelta de Obligado, es ver una repetición de la historia de un pueblo que no se dejará atropellar nunca, por mas que la empresa implique perder la vida. Que se les grave a los invasores y a los traidores, la bandera argentina es celeste y blanca y mientras exista un argentino bien parido así será. Honor y gloria a nuestros muertos de ayer, hoy y siempre ¡ VIVA LA PATRIA ¡

4 comentarios:

  1. Mucha historia de heroismos ...pero siempre perdimos
    El Loco ( no por loco soy tonto)

    ResponderEliminar
  2. Una idea: fundamos el monumento a Garibaldi de Plaza Italia y con el bronce obtenido hagamos otro a todos los caídos por la Independencia Argentina. Y si sobran 3 gramos del metal, una medallita de la mala onda para El Loco que dice no ser tonto (pero derrotista) con forma de supositorio para que la use como se debe. ¡VIVA LA PATRIA CARAJO!

    ResponderEliminar
  3. Loco, ¿cómo vas a decir que perdimos? ¿cual es tu fundamento? Ese primer combate desgastó a los anglofranceses y los siguientes cañoneos que se le hizo a la flota invasora a medida que iba remontando el Paraná nos dieron la victoria a nosotros. Los ingleses llegaron hasta Corrientes y Paraguay, ya diezmados y sin mucho que comerciar. Sin pena y sin gloria terminnaron pegándose la vuelta y esperando un golpe de suerte en Montevideo que al final nunca llegó. Loco, si no hubieramos luchado en la Vuelta de Obligado estos gringos del orto se la hubieran llevado de arriba. Hay que leer nomás lo que le escribió San Martín a Rosas al respecto de toda la campaña contra el bloqueo. Hay que ser un poco más patriota. Apoyo la idea de la medalla de la mala onda. Diego Delgado.

    ResponderEliminar
  4. ESOS ERAN TIEMPOS EN EL QUE SENTIA A LA PATRIA COMO MADRE, AHORA MUCHOS TRATAN SACAR PROVECHO DE ELLA, LAMENTABLE, HEROES COMO ESOS SON LOS QUE SE NECESITAN PARA SACAR A ESTE PAIS ADELANTE, ELLOS DIERON SUS VIDAS, VIVA LA PATRIA HERMANOS

    ResponderEliminar