Símbolo de la impotencia ante la prepotencia criminal del colonialismo
Cuando
se cumplen 32 años del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano,
sigue aún y perdurara por mucho tiempo el sentimiento de impotencia,
ante un crimen solo concebido en la amoral mentalidad colonialista
del gobierno Ingles, 323 argentinos pagaron con su vida esta acción,
que se intentó presentar por el enemigo en declaraciones
contradictorias y falsas versiones, con el solo objeto de
justificarse ante el mundo por un crimen mas y no perder el carácter
falso de victima en la Guerra del Atlántico Sur, manipulado por la
diplomacia inglesa, escuchada y reproducida por sus cómplices en el
mundo entero.
Las
Naciones Unidas y gestores de buena voluntad como el Presidente del
Perú, propiciaban una salida negociada al conflicto, por supuesto un
gobierno en crisis de credibilidad dentro de su propio país, no se
podía permitir, que lo por su política y moral imperial, lo que
consideraba una afrenta, tuviera que solucionarse diplomáticamente,
por que irremediablemente concluiría, que la solución imparcial,
terminaría con lo ya determinado por la ONU, las Islas Malvinas y
demás islas del Atlántico sur, “son enclaves coloniales”, y la
solución es entregar los territorios usurpados a su justos dueños.
Era imperioso emprender una estrategia que alejara esta posibilidad
de negociación, mirada incluso en el mismo parlamento ingles como
factible. En este camino el 28 de abril de 1982, "el gobierno
de Su Majestad declara que a partir del 30 de abril se establece la
zona de exclusión total, con los mismos límites que la marítima.
Se aplicará no sólo a naves y aviones de guerra argentinos, sino a
cualquier tipo de nave o aeronave militar o civil que apoye la
ocupación ilegal. Dentro de esa zona será considerada hostil y
expuesta a ser atacada". Ya
estaba planteada su postura, el único modo de tratar el tema para la
primer ministro era el bélico. El fracaso de las negociaciones de
enviado estadounidense intentó convencer al gobierno Argentino, que
se entregara sin condiciones a las pretensiones inglesas, sin duda,
también, despertó desconfianza de su propio aliado, que debía
jugar un papel de traicionar los tratados interamericanos y según
su “designio divino” de proteger la América toda, Un conflicto
bélico, le serviría a Inglaterra para forzar a los EE UU a tomar
una posición políticamente inconveniente ante sus pares americanos,
pero necesaria par mantener su estatus mundial de aliados
incondicionales, aunque sea renegando de sus propias manifestaciones
y quedando en claro ante el mundo, que son astillas del mismo palo.
Esta
postura bélica debía quedar clara, la oportunidad,se presentó, el
submarino nuclear Conqueror
el domingo 2 de mayo se ubicó en posición de ataque, el blanco, el Crucero General Belgrano, que navegaba rumbo al sur hacia una estación de
espera -lugar donde recibiría la nueva misión- junto a los buques
que integraban la escuadra (el Belgrano y los Destructores ARA
Bouchard y ARA Piedrabuena). ... -un minuto pasadas las cuatro de la
tarde- se escuchó la explosión de un torpedo que había impactado
en la mitad del buque”. (sic comandante Elias Bonzo). -Al momento
se recibe el segundo impacto y el buque
se comienza a inclinar sobre su izquierda.- “Todo sucedió muy
rápidamente, pero pareció una eternidad. Cinco minutos más tarde
estábamos escorados 15º a babor y aumentando, entonces vi que la
situación era desesperada y cuando supe que todo el mundo estaba en
su puesto de emergencia, di la orden de abandono del buque. Es la
orden más trágica que un comandante ha de dar en su vida...” A
las 16:23 se dio la orden de evacuar la nave. Comenzó así la
maniobra de abandono. La marejada, dificultó la visión y
comunicación entre las balsas, por lo cual algunas quedaron
sobrecargadas con 30 personas y otras subocupadas con no más de 3 o
4 hombres, a las 16:50 la escora de 60° preanunciaba el
hundimiento, y en 10 minutos el crucero desaparece en las heladas las
aguas del Atlántico Sur, aproximadamente en el punto 55º24'0''
latitud Sur y 61º32'0'' longitud Oeste, a mas de 60 millas náuticas
de la zona de exclusión impuesta por los ingleses. 1093 tripulantes
debían salvar sus vidas, 323 no lo lograron, el resto se dispersó,
sobre las aguas a 0º grados y un persistente viento que las arrastró
a mas de 160 kilómetros del lugar original.
Estas
muertes ante tan injustificado ataque, se intentó explicar de muchas
formas y muchos buscaron según su punto de vista o intereses,
interpretar lo sucedido, todo quedó sin valor porque es
la misma Thatcher, la que describe ampliamente como, “ante el
último plan de paz que se siente obligada a considerar, a los fines
de garantizar que tras su fracaso los Estados Unidos apoyen la acción
inglesa en el Atlántico Sur, pasa el que para ella fue el peor día
de la crisis por el temor de que el gabinete de guerra decidiese
aceptarlo, porque percibía que eso la obligaría a renunciar. Ante
estos relatos, la hipótesis pertinente a este punto no es si,
producida el 30 de abril, la declaración norteamericana que pone fin
a la mediación High y anuncia el apoyo de los Estados Unidos a
Inglaterra, el Belgrano habría sido hundido para terminar con el
plan Belaunde, sino si, en la oportunidad, habría sido hundido para
terminar con la posibilidad de que surgiese o progresase un plan de
paz, cualquiera fuese.”.
Es
evidente que no le importa la ilegalidad del hecho, y simplemente lo
toma como algo necesario, sin ningún planteo legal o moral.
Es
indiscutible, que bajo ningún argumento se pueden justificar, ni el
pretendido de “amenaza inminente para la Armada británica” dado
que las mismas fuentes inglesas aseguran que el Crucero se encontraba
a mas de 460 kilómetros del buque inglés mas cercano y que se
dirigía con proa al sur alejándose de la zona de exclusión.
El
hecho es fustigado por la propia prensa norteamericana: “La
decisión de hundir el Belgrano fuera de la zona de exclusión de 200
millas de bloqueo, constituyó una aguda escalada en la lucha y un
cambio abrupto del concepto de uso mínimo de la fuerza” ( New York
Time, 17-05-1982)
El
hundimiento, es un verdadero hito histórico, análisis este, que
será realizado oportunamente, en esta oportunidad, queda demostrado
el crimen de guerra. Crimen que incluso una vez realizado se intentó
en contra de todas las leyes del mar, de la guerra, de la humanidad
toda, dificultar el rescate de los náufragos, a tal punto que el
destructor Bouchard debió suspender la tarea, al captarse por radar,
que estaba en la mira del submarino enemigo, este hecho remite al
recuerdo del cabo Nestor Dezi, que con sus 19 años protagoniza una
de las historias mas heroicas, que rodean las anécdotas del Crucero,
al convertirse de rescatista en un naufrago mas, ante la inhumana
acción inglesa de intentar impedir el salvamento. Lo que obligó a
dejarlo a la deriva ante el terrible dilema, de asegurar la
tripulación y los rescatados a cambio de dejar al marino convertido
en un naufrago mas. (El naufrago 771 – Diario La Nación. Bs As.)
En
homenaje a los caídos, que en su seno lo custodian y los por siempre
tripulantes que permanecen unidos al buque,el recuerdo del Crucero,
en este caso por su comandante, quien expresa “El
General Belgrano fue tan noble en su muerte como había sido durante
toda su vida. Fue escorando muy lentamente y comenzó a hundirse,
mostrando las heridas abiertas en su casco, pero no arrastró ningún
bote salvavidas.”
Fuentes:Pablo
E. Baccaro patrocinante de familiares de caídos en el hundimiento
del crucero General Belgrano.
Declaraciones
del Capitán de Navío Héctor Bonzo (1983 – 2007) Diario Clarin
Buenos Aires 2007
Jorge
Fernández Díaz - Diario La Nación Buenos Aires
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