miércoles, 2 de marzo de 2011

Malvinas un problema de todos 3° parte

El colonialismo en América
Los expansionismos internos de nuestra América
a) Estados Unidos de Norteamérica
Cuando hablamos de conquistadores, se nos presenta la idea de potencias extra americanas, pero lamentablemente no se puede ignorar que el espíritu expansionista también castiga a nuestra América, Estados Unidos a la cabeza, desde sus mismos comienzos. Bajo la teoría mística del Destino Manifiesto, por la cual se creen elegidos por Dios para la salvación del mundo, justifican la expansión de su país sobre otros, (Hitler pretendió a hacer lo mismo y es considerado loco enemigo del mundo, por los mismos norteamericanos) El concepto que sostenía el presidente Abraham Lincoln que de los Estados Unidos era «la última y mejor esperanza sobre la faz de la Tierra» se resume en esta expresión muy conocida. Lincoln era un religioso puritano, y gran conocedor de la Biblia, sus discursos eran casi salmos de un carácter muy convincente y conveniente, para los congresistas de la naciente unión. A partir de este supuesto, “destino manifiesto”, principio fundamentalista cuasi religioso, aún superior a otros fanatismos, que son combatidos como terroristas, por los mismos EE UU. Se autojustificanpara hacer que su ambición por anexar territorios, se vea como una cruzada en favor del pueblo, norteamericano, por supuesto y que las victimas son los salvados, este afán por expandir el territorio nacional hacia el oeste puso el país en pie de guerra tras su objetivo. En 1803, la compra de la Louisiana a Francia durante el mandato del presidente Thomas Jefferson, duplicó el tamaño de la nación,al mismo tiempo que la guerra anglo-estadounidense de 1812 fortaleció aún más el nacionalismo. En 1819, una serie de incursiones militares en Florida obligó a España a ceder este y otros territorios de la costa del golfo, en una supuesta compra del territorio. El sendero de lágrimas en la década de 1830, ejemplifica la política contra los indios, se despojó a varios pueblos indígenas de sus tierras. Estados Unidos anexó la República de Texas en 1845, En 1846, la firma del Tratado de Oregón con el Reino Unido, le otorgó al país los actuales territorios del noroeste. Dos años más tarde, la victoria en la guerra contra México dio lugar a la cesión de California y la mayor parte del suroeste actual, esta invasión a México, hace, que los Estados Unidos se apropien además, de Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma, en total 2 millones 100 mil kilómetros cuadrados, mas del cincuenta por ciento del territorio mexicano de la época, el unir las dos costas marítimas era su fin y lo lograron. Pero esta idea de anexar territorios no para en esto, en 1917 se anexa Puerto Rico, con una rara figura jurídica de estado “libre” asociado, pero no soberano, sus acciones están sujetas al congreso de los EE UU.

La historia de Alaska si bien es otra anexión territorial, pasa por los mismos principios expansioncitas, pero el hecho se encuadra en otro tipo de acciones. Este territorio pertenecía por derecho original a España, quien incluso lo colonizó, luego paso a manos de Rusia quien lo negocio a un particular dando en concesión su explotación, que fue realizada por una compañía Ruso-estadounidense, que llegó a causar conflictos con los nativos, cuyo único medio de subsistencia eran los recursos naturales, poco importó a los zares este problema, en un territorio que le costaba mantener su soberanía. En 1867, el Secretario de Estado estadounidense William H. Seward llevó a cabo la compra de Alaska a Rusia por 7,2 millones de dólares estadounidenses. La crisis y el deseo de que Alaska no cayera en manos británicas impulsaron a Rusia a vender el territorio a los Estados Unidos tras el fracaso en la Guerra de Crimea. La compra se hizo efectiva el 18 de octubre de 1867. La venta de un territorio considerado un problema, resulto un negocio brillante, para el comprador, gracias al descubrimiento de oro en Yukón en la década de 1890, y como regalo extra en 1968 se descubre una importante cuenca petrolífera. Esto nos enseña a que nunca se debe renunciar a territorio, no solo por lo moral sino también por lo económico. Al principio Alaska fue una gobernación pero durante la “guerra fría”, cuando el gobierno ruso, pretendía desconocer todos estos tratados leoninos realizados por los zares, EE UU considera como mejor protección al territorio adquirido, nombrarlo estado, pasando el 3 de enero de 1959 a ser el estado cuarenta y nueve de la unión. Agregando 1.717.854 de kilómetros cuadrados al ya aumentado territorio norteamericano. Sumado a todos estos territorios es importante mencionar, aunque no son territorio americano, las posesiones en el Pacífico, que también son parte del destino manifiesto y que le permite desparramar bases en puntos estratégicos de todo el Pacífico, estas posesiones son: Hawai. Islas Marianas, Samoa, Palmyra y Guam. Las Islas Hawai, en 1898, fue tomada por los Estados Unidos de América, luego de fomentar una revolución antimonárquica y proteger una débil y endeudada republica, con un gobierno pro-norteamericano que no presentó resistencia a la anexión. Obtiene la categoría de estado en 1959. Se agregan a la unión 28.311 kilómetros cuadrados y un importante dominio marítimo, de 11.676 kilómetros de aguas extendidas a lo largo de 2.400 kilómetros de largo. En estas islas se encuentra la base de Pearl Harbor, (donde estaba anclado el Phoenix, futuro ARA Gral Belgrano), que fuera atacada por Japón en 1941, determinando la entrada de EE UU a la Segunda Guerra Mundial.
El Estado Libre Asociado de las Islas Marianas del Norte es un territorio en unión política con Estados Unidos, con una localización estratégica en el Pacífico Norte. Consiste en las catorce islas septentrionales de las Islas Marianas, situadas entre Hawái y las Filipinas. E archipiélago incluye Saipán, Rota y Tinian, entre otras isla menores, con un total de 477 kilómetros cuadrados, fueron históricamente posesión española y luego de la Primera Guerra Mundial son ocupadas por Japón, al perder su posesión Alemania que las había adquirido de España, Japón construye una fortaleza militar, que cae en manos estadounidenses luego de la famosa batalla de Saipán, en junio de 1944, son administradas en fideicomiso con la ONU, hasta 1970 a cuyo vencimiento, el pueblo de Las Marianas del Norte, (completamente manejado por EE UU), decide pertenecer a los EE UU en 1975 se aprueba el acuerdo que da formalidad jurídica a este estado.
El territorio de Samoa Americana consiste en cinco islas volcánicas muy montañosas y dos atolones de coral. Tiene una superficie total de 199 kilómetros cuadrados, el archipiélago se compone por la isla Tutuila, la isla Aunu'u, al este se encuentra el grupo Manu'a, que comprende Ofu ,Olosega y Ta'u. Los dos atolones son el de Rose y la Isla Swains, que geográficamente no pertenece al archipiélago de Samoa sino al de Tokelau. El Atolón Rose, es el punto más meridional en el territorio de los Estados Unidos. En 1988, el Congreso de Estados Unidos creó el Parque Nacional de Samoa Americana para proteger a la flora y fauna local. (legisla sobre un territorio en litigio y que la ONU solicita la descolonización) Territorio también incorporado después de la Segunda Guerra.
Palmyra es un territorio dependiente de los Estados Unidos, es un territorio no organizado, simplemente da al Presidente la decisión de administrar la isla como él quiera, Palmyra es un atolón deshabitado, de 12 kilómetros cuadrados, en la parte central del océano Pacífico, es una de las Espóradas Ecuatoriales, esta posicionada en la mitad del recorrido entre Hawái y Samoa. Tiene un puerto, West Lagoon . El atolón consiste en un extenso arrecife, dos lagunas, y unos cincuenta islotes de arena, rocas, arrecifes y barreras cubiertos por la vegetación.
Guam, es una isla en el Pacífico occidental, perteneciente a Estados Unidos como territorio no incorporado. Guam fue territorio español, gobernado como parte de la Capitanía General de las Filipinas desde el siglo XVI hasta 1898. Se trata de la más grande y meridional de las Islas Marianas. La capital es Agaña. En 1950 se concedió a la isla un régimen de autonomía interna, al tiempo que los habitantes de Guam obtenían la ciudadanía estadounidense. Con una situación estratégica en el Pacífico, las instalaciones del ejército son unas de las más importantes de todo el océano. Tras el cierre de las bases en Filipinas, tanto la Armada como la Fuerza Aérea fueron trasladadas a esta isla. En forma similar que Las Marianas luego de la guerra son sacadas del dominio japonés y pasan sus 549 kilómetros cuadrados, a los EE UU.
También diferente situación, pero no ajena al constante espíritu colonialista es la base naval en la Bahía de Guantánamo, que se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense. El gobierno de Estados Unidos obtuvo un arrendamiento perpetuo, ( recordar El Canal de Panamá), que comenzó el 23 de febrero de 1903, con la firma por parte de Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba, del Tratado cubano-estadounidense, que establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la Bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que Cuba mantenía su soberanía. En 1961 se interrumpe la relación entre Estados Unidos y Cuba, tras la Revolución Cubana. La base abarca 117,6 kilómetros cuadrados.
Se obvia el tratamiento de las posesiones en el Caribe, por que en su mayor parte eran colonias inglesa o francesas y se puede aplicar el principio internacional, de territorios en aguas continentales o el menos jurídico de quien “roba a un ladrón …” (el tema de las bases en otros territorios, será tratado en otro trabajo, para no desviar el objetivo de este, son mas de 700 bases en todo el mundo).
b) Portugal - República Federativa del Brasil
Los problemas con Portugal, comenzaron, ni se conoce el descubrimiento de America y los reyes Católicos con mucha habilidad y rapidez, aprovechando la afinidad con el Papa Alejandro VI, consiguen las bulas de donación, basadas el Dominus Orbis, que era ley para la época, Portugal protesta porque se ve desplazado del los nuevos descubrimientos, al fijarse un territorio, por la Segunda Bula Inter caetera (4 de mayo de 1493): demarcado por una línea, entre los territorios, pertenecientes a España y Portugal, situada a cien leguas al oeste de las islas Azores y Cabo Verde. Dado que la latitud de ambos archipiélagos es diferente, los puntos de referencia no estaban alineados, por lo que no se podía utilizar como un meridiano, para precisar la demarcación. Para evitar mas conflictos y con rapidez poder empezar la colonización, los reyes de España deciden solucionar el tema por el Tratado de Tordesillas de 1494. El tratado sólo especificaba la línea de demarcación en 370 leguas desde las islas de Cabo Verde. No especificaba grados de meridiano ni identificaba la isla desde la que debían contarse las 370 leguas ni tampoco la longitud de la legua. El tratado declaraba que esas materias serían establecidas por una expedición conjunta que nunca se llevó a cabo, esta indefinición y desprolijidad de la cancillería española (también herencia recibida), causó continuos conflictos y favoreció las apetencias expansionistas de Portugal, que siempre estuvo muy ligado a los ingleses. Lo real es que la línea de Tordesillas pasaba por la desembocadura del Amazona y el actual limite de San Pablo, no alcanza a un tercio del territorio actual de Brasil, los portugueses ignoraron continuamente este tratado y fundaron una colonia en el actual territorio de Uruguay, Colonia de Sacramento, frente al puerto de Buenos Aires, con el objeto de contrabandear al Río de la Plata, esta colonia fue al menos tres veces destruida.
Por la zona central del territorio el gobernador Hernandarias pone limite al avance portugués, cumpliendo con un mandato real, de 1617,se dividen las gobernaciones en, Gobernación del Paraguay y Gobernación del Río de la Plata. Se solicita a la Orden de los Jesuitas, para evangelizar en los territorios norte y este de la actual Paraguay y Argentina, la orden fundada por San Ignacio de Loyola, toma posesión de las tierras y establece una férrea defensa de las mismas. Eclesiásticamente formaban parte de los obispados católicos de Buenos Aires y de Asunción e integraban la Provincia Jesuítica del Paraguay. La organización de la misiones hizo que los indios se refugiaran en las mismas. En las reducciones hacia el año 1744, la Compañía de Jesús realizó un censo poblacional de sus reducciones, lo que arrojó un total de 84.000 indígenas. Los Jesuitas además de frenar el avance portugués, evitaban que los indios cayeran en esclavitud, esto despertó la ira de los terratenientes portugueses que pujaron para terminar con las reducciones, para poder conseguir mano de obra barata, dado que la legislación portuguesa les permitía tomar a los aborígenes como esclavos.
Cuando nada lo hacía esperar y para “arreglar” los conflictos, provocados por Portugal, se firma el tratado de Permuta en 1750, que no era otra cosa que otorgarle territorios a Portugal a cambio de los propios territorios españoles, y permitir el grave error de cambiar la fundamentación de los títulos de posesión, del aceptado poder terrenal del Papado a la doctrina de origen en el derecho romano, Uti possidetis, ita possideatis (quien posee de hecho, debe poseer de derecho), esto determina la denominada Guerra Guaranítica, al negarse los indios y religiosos a entregar las reducciones a los portugueses, conociendo de antemano el fin de los pueblos, la esclavitud en las haciendas de cultivo, la guerra se extiende desde 1752 a 1756, esto causo la justificación de la conveniente acusación a los Jesuitas de desobediencia y fueron expulsados, de todo el territorio español por orden del rey Carlos III el 27 de febrero de 1767, luego sería suspendida como Orden por el Papa, franciscanos, dominicos y mercedarios tomaron a su cargo los pueblos misioneros, constituyéndose la Gobernación de las Misiones Guaraníes, el resultado fue muy negativo y los indios volvieron a la selva, antes de ser tomados como esclavos. El limite de las misiones pasó al Río Uruguay, perdiendo miles de kilómetros cuadrados, y los pueblos de San Borja, San Nicolás, San Luis Gonzaga, San Lorenzo, San Miguel, San Juan Bautista y Santo Ángel, a manos de Portugal, permitiendo a estos, duplicar su territorio.
Como los conflictos no terminaban. Y era constante el avance sobre territorios españoles, incluyendo la refundación de Colonia, en 1776 el rey Carlos III, decide poner fin al problema y envía una poderosa flota al mando de Pedro de Cevallos, que barrería a los portugueses de los territorio españoles y fundaría el Virreinato del Río de la Plata, fijando limites en forma bastante clara, ecepto en la zona norte de Paraguay. Esta división política llegaría hasta los tiempos de las independencias en el siglo XIX .
Ya en período independiente, en 1825, la codicia brasilera que pretendía apoderarse de la Banda Oriental, obliga a la Argentina a enfrentar con las armas a la ambición brasilera, que tras la invasión daba por creada la provincia Cisplatina, en el territorio uruguayo. El conflicto termina con una terrible derrota de las tropas imperiales, bajo las fuerzas argentinas, en la batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827, comandadas por Carlos María de Alverar, fue la batalla determinante de la derrota brasileña. Mientras que la flota nacional al mando de Guillermo Brown dio cuenta de la armada brasilera en Los Pozos junio de 1826 y Juncal el 8 de febrero de 1827, luego de tres días de intensa lucha, también incluye un artero ataque a Carmen de Patagones, (tratado en “historias perdidas” del blog). Pero todos los esfuerzos fueron inútiles, cuando Rivadavia, manda a su ministro de relaciones exteriores, Manuel José García, quien traiciona todos los principios y arregla un tratado al gusto inglés, representado en la ocasión por Lord Ponsomby, y en 1827 acuerda la Independencia del Uruguay, no se ignora la acción de los patriotas uruguayos, conocida como Los Treinta y Tres Orientales, pero es sabido que la suerte de la Banda Oriental dependía de este acuerdo, aunque brasil no logró expandir su territorio, si logra crear un estado tapón, que beneficiaría al comercio ingles en el Río de la Plata y dejaría siempre disponible para un ataque a un pequeño país en formación, aunque el heroico pueblo uruguayo nunca permitió el atropello brasilero, aunque les costara la vida.
En 1825, el Imperio del Brasil invadió el oriente de Bolivia, ocupando la provincia de Chiquitos. En ese entonces, el Mariscal Antonio José de Sucre debió enviarles un ultimátum, a las autoridades brasileras, amenazando con enviar al ejército libertador a expulsar a los invasores. La provincia fue evacuada por los brasileños, frustrándose así otro de los intentos expansionistas, en esta oportunidad Bolivia contaba con la defensa de las tropas de Simon Bolívar, el libertador que continuó la acción de San Martín, no era conveniente enfrentar semejante tropa, pero no corrió igual suerte, cuando Bolivia sostuvo una guerra con Brasil por el territorio de Acre, en 1903, que concluyó con la cesión de 191.000 kilómetros cuadrados, que fueron incorporados al imperio luego de un leonino acuerdo, basado en la fuerza que terminó con la pérdida del territorio a cambio de una indemnización económica y una pequeña compensación territorial, Brasil una vez mas incorpora territorios que no le pertenecían.
Pero esto no sería todo en la historia de la lucha por la expansión brasilera, en 1865,se produce el hecho mas vergonzoso, que haya tenido a nuestro País como uno de sus protagonistas, La llamada Guerra de la Triple Alianza, en la cual se unen Brasil, Uruguay y Argentina, para luchar contra Paraguay, acto este solamente bien visto, en nuestro país, por el gobierno, en esos momentos encabezado por Mitre, los caudillos del interior se oponen a esta injusta guerra y de paso se da la escusa para exterminarlos, el Chacho Peñaloza y Felipe Varela son sometidos por este conflicto, entre otras razones.
Existen varias teorías respecto de los detonantes de la guerra. En esencia, el revisionismo argentino y la visión tradicional paraguaya atribuyen un papel preponderante a los intereses del Imperio británico. El conflicto se desencadenó a fines de 1864, cuando el mariscal Francisco Solano López, presidente paraguayo, decidió acudir en ayuda del gobierno ejercido por el Partido Blanco del Uruguay, en guerra civil contra el Partido Colorado, apoyado éste militarmente por Brasil, que nuevamente invade a Uruguay con la escusa de brindar ayuda. La primera etapa de la guerra consistió en la exitosa invasión del Mato Grosso por fuerzas paraguayas. A continuación, Solano López solicitó autorización al presidente argentino Bartolomé Mitre para que sus tropas atravesaran la provincia de Corrientes rumbo al Uruguay. Mitre negó tal permiso, por la supuesta neutralidad de la Argentina, y porque simpatizaba con el Partido Colorado del Uruguay. En respuesta, y cometiendo un error grave para el futuro paraguayo, ocupó la Ciudad de Corrientes, en abril de 1865, lo cual forzó a la Argentina a entrar en la guerra, aliada con Brasil. A partir de ese momento ya puede hablarse de Guerra de la Triple Alianza.
La financiación de la guerra se obtuvo mediante empréstitos de firmas británicas, que veían conveniente el conflicto contra Paraguay. Éste era uno de los pocos países que no había caído bajo su tutela económica, gracias al proteccionismo que había llevado al Paraguay a un desarrollo económico autónomo y de tendencia industrialista, que contrastaba con los demás estados sudamericanos. La guerra terminó en 1870 con una derrota total del Paraguay, que conllevó también un desastre demográfico: la población del país, aproximadamente 1.525.000 personas antes de la guerra, fue reducida a unos 221.000 luego de ella (1871), de los cuales, solamente unos 28.000 eran hombres, en edad de producir, la mayoría de la población quedó reducida a mujeres y niños.
Como consecuencia de la guerra Paraguay perdió gran parte de su territorio,169.174 kilómetros cuadrados y fue obligado a pagar una abultada indemnización de guerra: el préstamo de 200.000 libras esterlinas, recibido de Inglaterra debió saldarse con sucesivas refinanciaciones, llevando la suma a 3.220.000 libras esterlinas, con esto queda demostrado que la influencia de los ingleses fue decisiva y los portugueses en su momento y los brasileños luego, siempre fueron útiles a los intereses colonialistas.
La letra del tratado, especificaba que la guerra era solamente contra el gobierno paraguayo y no contra el pueblo, mero principio, imposible de cumplir, y además que de ninguna manera se debía aprovechar el conflicto para expandir territorios, la doctrina de “la victoria no da derechos”, solo la aplico Argentina, que mantuvo sus fronteras en el Río Pilcomayo, no así se comportó Brasil, que se apoderó de territorio paraguayo llevando las fronteras hasta el Paraná, por el este y el Paraguay por el norte, apoderándose de territorios que hoy son los estados de Santa Catarina y Paraná, no pudieron vencer su espíritu expansioncita y se apoderaron de territorio ajeno.
c) República de Chile
Para completar la lista de lo países americanos que han mantenido una vocación expansionista a costa de naciones hermanas, tenemos ineludiblemente volver a tratar el tema de Chile, de desmedida ambición y afecto a preferir la “amistad” extranjera, antes que la fraternidad americana, y en forma similar a la teoría de “destino manifiesto” se dedica a expandirse sin importar los medios, guerras, eternas discusiones de limites, traiciones, ignorar mañana lo que firmó hoy, son parte de su política exterior. La última división política determinada por Carlos III en 1776, que sería el estado de los reinos a la fecha de las independencias, (pauta fundamental de los acuerdos de límites de los futuros países y compromiso asumido por Chile ante su libertador San Martín) El Reino de Chile que constituía una Gobernación y Capitanía General con capital en Santiago. Tenía como territorio el abarcado por el Valle Central, aproximadamente a la altura, del límite actual de Salta con Catamarca, por el norte y hasta el Río Biobío, por el sur, en línea cercana a los límites actuales de Río Negro y Chubut, unos grados más al norte. En el siglo XIX Chile no es la excepción a la ola de movimientos independentistas, pero sus aspiraciones quedaron frustradas a partir de la batalla de Rancagua, el 2 de octubre de 1814, dando inicio a la Reconquista Española. En esta etapa se restauran las instituciones coloniales, con los gobiernos de Mariano Osorio y Casimiro Marcó del Pont.
Tras el Desastre de Rancagua, la mayoría de los líderes independentistas debieron huir hacia Mendoza, poniéndose algunos de ellos a las órdenes, José de San Martín, Bernardo O’Higgins, por ejemplo, viendo en el Ejército de Los Andes, la única solución para poder recuperar su patria. Este Ejército Libertador, que contó inicialmente con 4000 hombres y 1200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones, cruzó la Cordillera de los Andes y, el 12 de febrero de 1817, derrota a las tropas realistas en la batalla de Chacabuco dando inicio a la independencia de Chile, pero como San Martín liberaba no conquistaba, no acepta gobernar la tierra por él liberada y nombra a Bernardo O’Higgins como Director Supremo, el 12 de febrero de 1818, primer aniversario de la batalla de Chacabuco, declara formalmente la independencia de Chile, que se confirmaría con la victoria del Ejército de Los Andes en la batalla de Maipú, el 5 de abril de ese año. Luego San Martín se dirige al Perú
El descubrimiento de cobre en Chañarcillo y la venta de trigo hacia mercados externos comenzaron a otorgar riqueza al país. Sin embargo, la rivalidad de los puertos de Valparaíso y del Callao en el Perú, por el dominio del Pacífico se agravó con la creación de la Confederación Peruana-Boliviana de Andrés de Santa Cruz. Portales, uno de los más férreos enemigos de esta confederación, fue uno de los promotores de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. En su cargo de Ministro de Guerra, logró que el Congreso declarara la guerra el 28 de septiembre de 1836. Gran parte del pueblo y del ejército no estaba convencido de ir a la guerra. Sin embargo, el asesinato del mismo Portales, el 6 de junio de 1837, fue el aliciente necesario para la participación en la guerra y la victoria en la batalla de Yungay al mando del general Manuel Bulnes, el 20 de enero de 1839.
En 1841, Bulnes es elegido como sucesor de Prieto. Y da inicio a un período conocido como Época de Expansión con el establecimiento de una colonia en el Estrecho de Magallanes. En 1851 asume Montt, quien siguió la senda de su predecesor. Se construyeron ferrocarriles, puentes y carreteras, dando inicio a la colonización del sur, territorios pertenecientes al antiguo Virreinato del Río de la Plata, es decir Argentina, con inmigración alemana en las regiones de Valdivia y Llanquihue, y la fundación de Puerto Montt, Chile establece los principales puntos para consolidar su expansión.
A mediados del siglo Chile debe soportar un intento de recuperación colonialista de España, que logra rechazar con ayuda del país hermano Perú luego de la batalla de Abtao en 1866. Terminado el conflicto la política de expansión es continuada. En el norte de Chile, se comienza la inversión y explotación de minerales (salitre y cobre) en la zona de Antofagasta, bajo administración boliviana. En 1879, los roces diplomáticos entre Chile y Bolivia por la administración de la frontera norte del país y de los intereses chilenos en las minas salitreras, provoca el desembarco en Antofagasta el 14 de febrero, dando inicio a la Guerra del Pacífico, tras la ocupación de los territorios de Antofagasta, Chile se enfrenta en el mar al Perú, su aliado en la guerra contra España, que le permitió asegurar su independencia, ante un ataque extranjero, y acaba con la ocupación de los territorios de Tarapacá, Arica y Tacna, a mediados de 1880. Bolivia se retira de las acciones militares en mayo de ese año y Chile logra entrar en Lima tras la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881. La guerra finalmente acabó con la firma del Tratado de Ancón el 20 de octubre de 1883, firmado por un presidente ilegítimo peruano, que había sido puesto por el invasor chileno, Miguel Iglesias permite que chile se apodere de todos los territorios en disputa. La victoria sobre los países aliados, permite la expansión del territorio anexando Tarapacá, Arica y Tacna por el Tratado de Ancón y Antofagasta que permaneció tomada desde 1879, esta expansión privo a Bolivia de 158.000 kilómetros cuadrados. La usurpación, fundada en el derecho de la fuerza contra países hermanos, para favorecerse y favorecer intereses ingleses, deja sin salida al mar a Bolivia, que aún hoy reclama una solución al problema, y obtiene la constante negativa de Chile.
Paralelamente, la zona de la Araucanía había sufrido un proceso de lenta incorporación a través de la construcción de fuertes, instalación de colonizadores y tropas militares y la realización de parlamentos, logrando la Pacificación de la Araucanía en 1881 y anexando territorio argentino, el otro país hermano que le da su libertad. En 1888, es incorporada la Isla de Pascua. Sus ambiciones no paraban aquí y recién en 1881, Chile renuncia a su reclamación sobre el territorio de la Patagonia Oriental y de la Puna de Atacama y acepta la soberanía de la Argentina en ellos. Los territorios anexados de Bolivia y Perú le permiten un auge económico del país. La riqueza producida por el "oro blanco" (nitratos) sustentaba el 75% de los ingresos fiscales de la totalidad de la economía nacional. En términos sencillos Chile triplica su territorio original a costa de sus hermanos y aún hoy continúa con reclamaciones de límites, no le bastó toda la Patagonia oriental, el dominio del Estrecho de Magallanes y media Isla de Tierra del fuego, que también pretendió el dominio de las Islas Picton, Lennon y Nueva, claramente en territorio argentino, de acuerdo a sus propios tratados, con el principio general Atlántico para Argentina y Pacífico para Chile, tomando como división de los océanos al Cabo de Hornos, que en 1982 se estuvo al borde de una guerra, por esta pretensión sin límites que lleva adelante la política chilena, la solución se logra con la intervención del Papa, quien en un fallo salomónico y dibujando un raro límite, por no decir un engendro, le otorga las Islas a Chile, manteniendo la divisoria de aguas, principio este que está desconociendo en el aún pendiente límite sobre los Hielos Continentales y para adornar su expansionismo, reclama la Antártida, superponiéndose al reclamo argentino, logrando solamente debilitar la posición americana, para una futura resolución del Tratado del Antártico.

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