El Día de La Plata
10 de noviembre de 2016 - 02:13 - Publicado en edición impresa
A 34 años de la guerra, en las islas quedan 123 tumbas NN
Ex combatientes de La Plata lanzaron una campaña nacional para agilizar lo que consideran una cuestión humanitaria
Una semana después de concluida la guerra de Malvinas, el portón de
Regimiento 7 de La Plata, como otros destacamentos militares del
país, se colmó de familias que clamaban por reencontrarse con sus
hijos. Entre la falta de información y el caos que reinó al final
del conflicto, no había certezas de quiénes eran los soldados que
habían vuelto al continente. Fue así que muchos padres descubrieron
recién al salir las tropas que sus chicos no estaban entre ellos. En
algunos casos sus nombres aparecieron más tarde en las listas de
caídos en combate; en otros, ni siquiera eso.
En el cementerio de Darwin, un centenar de kilómetros al oeste de
Puerto Argentino, apenas 114 de las 237 tumbas tienen nombre
propio. El resto, como rezan sus lápidas, pertenecen a un "Soldado
argentino solo conocido por Dios". Se supone que en ellas
estarían sepultados algunos chicos que nunca volvieron de la
guerra.. Lo cierto es que en mas de 34 años nadie se ha ocupado de
devolverles la identidad.
Para saldar esa deuda, el Centro de Ex Combatientes (CECIM) de La
Plata, junto a familiares de caídos de Chaco, lanzaron una campaña
nacional para exigirle al Reino Unido que permita la
identificación de 123 soldados sin nombre que se encuentran
enterrados en las Islas en el marco de previsiones del
Derecho Internacional Humanitario
Durante un acto que tuvo lugar en el Espacio Memoria y Derechos
Humanos (ex ESMA) con la presencia de representantes de organismos de
Derechos Humanos, de la Comisión Provincial por la Memoria y
la adhesión del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel, los
veteranos platenses reclamaron que “el derecho a la identidad de
los héroes de Malvinas no sea postergado más”.
Y es que las gestiones
iniciadas en 2012 por el gobierno de Cristina Fernández para que la
Cruz Roja interceda ante el Reino Unido no han obtenido respuesta
aun. Si bien representantes de ese organismo internacional viajaron
en julio pasado a Malvinas para proponer un acuerdo que agilice la
identificación de los cuerpos, la fecha fijada a principios de este
mes para una reunión entre las partes se postergó sin explicación.
“Aunque vemos una continuidad entre la administración anterior y
el gobierno de Macri en relación a nuestro reclamo, observamos con
preocupación el hecho de que se lo esté encarando desde una
perspectiva equivocada. El derecho a la identidad no es materia
negociable, por lo cual no debería tratarse a la par de cuestiones
que hacen a la pesca, el petróleo o los vuelos a Malvinas”,
resaltó ayer Ernesto Alonso, secretario de Relaciones
Institucionales del CECIM.
FOSAS COMUNES
“La
búsqueda y recolección de cuerpos se realizó correctamente hasta
el 21 de mayo de 1982. Hasta esa fecha, los muertos eran
identificados y sepultados en el viejo cementerio de Puerto
Argentino. Después de esa fecha, es decir en el tramo final de la
guerra, cuando se produjo la gran mayoría de las bajas, la tarea
quedó librada a los medios disponibles, y fueron en general los
ingleses quienes se encargaron de sepultar a los caídos argentinos
en los mismos campos de batalla utilizando para eso a los
prisioneros”, explica Mario Volpe, ex combatiente y actual
presidente del CECIM.
Su compañero Carlos Amato cuenta haber sido uno de los soldados a
los que les tocó esa tarea tras caer en manos de los ingleses
durante el ataque a Monte Longdon.
“Nos formaron en grupos de cinco, nos dieron palas y nos pusieron a
cavar una fosa común. Pero con veinte kilos de menos, estábamos tan
débiles que dábamos unas paladas y nos desmayábamos; entonces
traían a otro grupo para que siguiera cavando; todo eso en medio de
un fuego de artillería tan intenso que nos obligaba a tirarmos
encima de los muertos para cubrirnos”, asegura.
Amato, quien recuerda haber sepultado aquel día doce cuerpos antes
de que los ingleses se lo llevaran dejando la tarea a medio terminar,
dice que sólo pudo reconocer a tres de los muertos entre todos
ellos: a dos por sus caras y al tercero por una carta que le sacaron
del bolsillo. Y es que “ninguno tenía chapa de identificación, al
igual que el 80% de los soldados que salimos del Regimiento 7”,
asegura.
El hecho es que de los treinta caídos que sufrió ese regimiento de
nuestra ciudad, el que mayor número de bajas tuvo durante la guerra,
sólo seis pudieron ser identificados hasta hoy. El resto estaría
enterrado en tumbas sin nombre.
Los últimos
olvidados de la guerra
ERNESTO ALONSO - Integrante
del CECIM La Plata
“Los familiares de los caídos en Malvinas han sido
históricamente los últimos olvidados de la guerra. En estos 34 años
nadie se ha hecho cargo de su dolor. Tenemos 81 muestras genéticas
de personas que quieren saber cuál fue el destino final de sus seres
queridos. Sus padres tienen hoy más de 80 años. No pueden seguir
esperando más”.
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