martes, 27 de marzo de 2018

A 36 años de Malvinas se rinde homenaje a los caidos

Cómo fue la histórica visita de familiares de ex combatientes a las Islas Malvinas

27 marzo, 2018

Las tumbas que ahora tienen nombre

Un contingente de 214 familiares de los 90 soldados que yacen en las Islas Malvinas viajaron ayer a visitar las tumbas de los que ya fueron identificados luego de un largo trabajo forense. Fue la primera vez que pudieron encontrarse con el sepulcro de sus familiares, 35 años después de la guerra librada en el sur por la dictadura. Fueron a llorar, a abrazarse, a rezar o simplemente a contemplarla en silencio. Eran madres y padres, hijos, hermanos y sobrinos de los soldados.
Las tumbas dejaron de tener la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios” y pasaron a tener los nombres de los argentinos muertos en las Malvinas, grabados en granito negro. “Ahora sé donde está. El corazón me latía a mil, me voy con la satisfacción de haber conversado con él. Fue un encuentro lleno de amor y paz”, expresó Dalal Massad, la mamá de Marcelo Daniel Massad, un soldado que murió durante la batalla de Monte Longdon.
Hubo una ceremonia religiosa y militar, que fue consensuada durante meses entre la Argentina y la ocupación británica. Estuvieron presentes la titular de la Comisión de Familiares de caídos, María Fernando Araujo; el militar inglés Geoffrey Cardoso –quien en el ‘82 diseñó el cementerio y enterró a los soldados argentinos–, el ex combatiente Julio Aro, uno de los impulsores de la iniciativa de las identificaciones de los cuerpos, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. “La emoción que se vivió, ese reencuentro de las familias con sus seres queridos llenó de vida el cementerio, aunque parezca una contradicción. La imagen del cementerio, siempre desolada, lleno de gente es una imagen de vida, de recuperación, de cerrar historias”, indicó Avruj, quien recorrió las tumbas.
“Ahora mis chicos descansan en paz. Ya no son huérfanos, ahora están en sus hogares, que son los corazones de sus padres y hermanos”, afirmó Cardoso luego de la ceremonia. Los familiares se abrazaban entre sí.
Habían aterrizado en tres aviones partieron entre las 3.30 y las 4.30 del aeropuerto de Ezeiza. LLegaron en tan solo 2 horas 40 minutos a la base militar de Mount Pleasant, donde se encuentra el aeropuerto de las islas. Les sellaron el pasaporte (pese a ser territorio argentino) y los subieron a micros, en los que recorrieron los 37 kilómetros que los separaban del cementerio de Darwin, ubicado en un paraje ventoso y desolado que recorrieron los familiares, muchos de ellos entrados en años y con dificultades para movilizarse.
“Hijo, te encontré”, “Ahora sé que estás acá”, fueron algunos de los gritos que se llevó el viento entre las lágrimas. Los isleños habían dispuesto carpas y cerramientos con vallados, asientos, baños químicos y lugares reparados del viento para poder servirse una bebida caliente.
En el cementerio yacen unos 246 muertos en la guerra, 121 de los cuales permanecían sin identificar desde 1982. Tras un acuerdo entre los gobiernos, el Comité Internacional de la Cruz Roja realizó el año pasado, en conjunto con el Equipo Argentino de Antropología Forense, un trabajo de exhumación de las tumbas no identificadas y se recolectaron restos que fueron comparados con las muestras de ADN aportadas por 107 familias. Se lograron identificar un total de 90 cuerpos.
“Desde el Estado damos hoy un paso gigantesco porque venimos a cerrar una deuda con los familiares de los héroes de Malvinas. Siento mucha emoción, al fin en este cementerio afloró y celebramos la vida”, sostuvo Avruj, luego de la ceremonia en el que el obispo Enrique Eguía Seguí pidió “ser constructores de la paz entre los pueblos y trabajar por una cultura del encuentro, sin divisiones, odios ni guerras”. También oficiaron la ceremonia los representantes católicos y protestante de las islas, el padre John Wisdom y el reverendo Nicholas Mercer, como así también el abad Alan Hugh –administrador apostólico de las islas– quien, a pedido del papa Francisco, viajó especialmente del Reino Unido.
Página 12 Buenos Aires 2018
 

Familiares de combatientes de Malvinas pudieron visitar el cementerio de la isla luego de que se reconozcan sus identidades

26 marzo, 2018

La guerra de Malvinas fue un conflicto bélico entre los países de Argentina y Gran Bretaña en 1982. Las islas, ubicadas a 1,688 kms de la costa argentina, se encuentran bajo ocupación británica desde 1833. El gobierno militar de Argentina declaró la guerra a la potencia militar europea en 1982
649 argentinos murieron durante el conflicto, muchos de ellos jóvenes y sin experiencia militar. La mayoría no había sido identificada ya que sus cuerpos fueron enterrados en Malvinas como NN. En 2017, gracias a una iniciativa de la Cruz Roja, pudo reconocerse a muchos combatientes y brindarles la información a sus familiares.

“Ahora sé dónde está mi hijo, pude hablar con él”: la conmovedora ceremonia en Malvinas con los familiares de los caídos

El sol brilla y el viento de las Islas Malvinas parece haber disminuido su fuerza solo para las familias que ahora rezan y lloran frente a las cruces blancas en el cementerio de Darwin.
“Hijo, te encontré, hijo, te encontré”, dice conmovida Laura Fedele mientras acaricia la placa con el nombre de su hijo, Miguel Ángel Arrascaeta. Hasta hace solo unas semanas, Miguel Ángel era un soldado argentino solo conocido por Dios.
Fedele es una de los 214 familiares que viajaron hoy a las islas para homenajear a los 90 soldados identificados.
El viaje fue organizado por la Secretaría de Derechos Humanos, a cargo de Claudio Avruj, y fue fundamental el apoyo del empresario Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América, que financió y organizó el viaje, que incluyó el alquiler de los dos aviones de Andes para que la delegación volara directamente desde Ezeiza a Mount Pleasant en la madrugada del lunes 26.
“Ahora sé dónde está, pude hablar con él. Lo sentí cerca. Se me sale el corazón del cuerpo de la emoción, pero me da paz saber dónde está Daniel”, conmueve con su testimonio Dalal Massad, madre de Daniel Massad, mientras su esposo, Said, se arrodilla y reza ante la tumba de su hijo, caído el 11 de junio en la cruenta batalla de Monte Longdon.
“Le dije: ‘No sabés todo lo que pasó en estos 35 años, no sabés cuánto te extrañamos. Tu madrina y tu abuela te siguieron al poco tiempo que te fuiste, se ve que no querían estar sin vos. Cuidá a tus hermanas. ¿Sabés una cosa, Dani? Tu cuarto está intacto, tu pelota de fútbol, pero me han sacado cosas de tu ropa, porque todos querían llevarse algo tuyo para tener cerca”. Ese fue el conmovedor diálogo que Dalal mantuvo ante el lugar en que yace su hijo.
Por su parte, Geoffrey Cardozo, el coronel británico que tuvo la difícil tarea de recoger los cuerpos de los campos de batalla y darles digna sepultura en 1983, afirmó: “Estas familias esperaron 36 años para encontrar a sus hijos. Hay mucha angustia contenida pero también mucha emoción. Yo siento que estamos viviendo un milagro”. El trabajo de Cardozo fue clave en la identificación de los cuerpos.
Cardozo cuidó a cada soldado “como si fuera mi propio hijo”. Los envolvió con una sabana y les puso dos bolsas mortuorias de plástico, en las que anotó cada dato del combatiente que no había podido identificar. Por último, los colocó en un ataúd, y sobre la tapa volvió a escribir las precisiones: dónde había sido encontrado, qué pertenencias tenía, qué datos físicos podía rescatar. “Lo hice con honor y respeto por si algún día quería identificarlos”.
Malvinas estuvo presente siempre, en cada recuerdo, en cada persona que viajó.. El primer vuelo 682 partió 3:50. Media hora más tarde despegó el otro avión, vuelo 684. “Me siento honrado de llevarlos al destino de Malvinas en este viaje humanitario”, sostuvo el comandante Hugo Pascual antes del despegue. Lo que no dijo Pascual es la emoción que sentía al volver a Malvinas, ya que durante la guerra había volado tracker. Otro de los pilotos, Rafael Cornejo Sola, también había volado esas mismas naves.
En el primer avión viajó Roberto Curilovic, gerente de desarrollo de negocios de Aeropuertos Argentina 2000 y ex piloto de Super Étendard durante la guerra. El 25 de mayo de 1982 su escuadrón hundió el Atlantic Conveyor. “Viajo como organizador, pero este día en Malvinas para mí tiene un significado muy especial por haber combatido en la guerra”.
La aeronave tenía el apoyacabezas con la silueta de las Islas Malvinas y una fecha histórica, el 26 de marzo de 2018. También en los bolsillos había un pequeño folleto que contaba el proceso de identificación. A las 4:20 se sirvió un desayuno, y luego se apagaron las luces. Pero nadie pudo dormir.
“Yo creía que a mi hijo lo había pulverizado una bomba en Monte Longdon, que su sangre derramada estaba allí. Cuando iba a Darwin elegía una cruz y rezaba en ella, pero pensando que él no estaba ahí. Después supe que su cuerpo estaba. Y que cuando lo encontraron en Monte Longdon, ahí tirado, alguien lo tapó con una campera. Y sentí alivio, ¿sabés? Porque yo siempre lo tapaba cuando se iba a acostar, le cubría los pies para que no tuviera frío. Y después me dijeron que Eduardo estaba entero, y hasta le encontraron el registro de conducir en el bolsillo de su uniforme. Sentí paz. Y ahora sé dónde está mi hijo”, se emociona María del Carmen Penon de Araujo.
Otro notable impulsor de la causa por la identidad, Julio Aro, recuerda que fue “cinco veces a Malvinas, pero este es el viaje que siempre esperé”.
“Esto no sé si es real o lo estoy soñando. Movimos al mundo entero para que hoy estas familias puedan tener la respuesta que tanto esperaron”, se conmueve Aro. Con 19 años le tocó llegar a Malvinas con el regimiento 6 de Mercedes que peleó en Dos Hermanas, Longdon y Puerto Argentino. Y en la batalla final le tocó enterrar a Aguilar y Ochoa, sus compañeros de trinchera, los que estaban en el pozo más cercano. Cuando en 2008 volvió a las islas para cerrar su historia, fue a buscarlos a Darwin y no los encontró. A partir de ese instante, sintió que tenía una misión: encontrar a sus hermanos de la guerra que descansaban bajo la placa Soldado Argentino Solo Conocido por Dios.
Y lo hizo con la ayuda de esta periodista de Infobae, Geoffrey Cardozo y hasta el mismo Roger Waters, quien intervino dándole voz y compromiso a una causa que había estado silenciada por años. Los tres primeros viajamos a las islas invitados por las familias, pero Waters no pudo ir porque debía estar en Londres para comenzar su tour mundial. El ex líder de Pink Floyd envió un video a las madres con un mensaje tan emotivo que lo lleva a las lágrimas: “Lo que más desearía es estar allí con ustedes. Cuando dejen una flor o recen en la tumba de sus amados hijos sepan que mi corazón y espíritu está allí en las islas a su lado”.
Lágrimas hubo en Malvinas hoy. Muchas. Madres que con sus piernas débiles y sus espaldas ya encorvadas se arrodillaban sobre las piedras del cementerio para besar el nombre de sus hijos. Hermanas que, como Ana Monzón, se preguntaban mirando al cielo: “¿Por qué tuviste que quedarte tan lejos si vos eras quien me cuidabas cuando era chiquita?”. El sol acariciaba en las islas. “Son ellos que nos iluminan”, lanzó Sonia Carcamo, mamá de José Honorio Ortega.
Nélida Echave, madre de Horacio, muerto en la batalla final, deja su bastón para caminar hasta la tumba de su hijo. Llora sin consuelo: “Yo lo seguía esperando porque nadie me había dicho dónde estaba. Pero ahora ya sé. Está acá y siento una mezcla de angustia y tranquilidad. Ya no tengo que buscarlo”.
De pronto la gaita de la Guardia Escocesa hace sonar sus largas y tristes notas en la soledad de Darwin. Las familias se acercan al gran muro donde están los nombres de los 649 muertos en la guerra. Es la primera vez que dejan, aunque ses solo por un instante, las cruces que abrazan desde hace más de una hora.
“Recemos por aquellos que perdieron la vida en el conflicto del Atlántico Sur. Por los 649 militares argentinos, los 255 militares británicos y los tres isleños”.
La voz de monseñor Enrique Eguía Seguí inicia la ceremonia religiosa. El padre John Wisdom y el reverendo Mercer dicen las intenciones en inglés. “Recemos por todos aquellos que aún sufren las consecuencias dolorosas de la guerra. Oremos especialmente por aquellos que visitan el cementerio hoy, que Dios Todopoderoso pueda consolarlos y enjugar sus lágrimas”.
“Te lo pedimos, Señor”, elevan las voces quebradas por las lágrimas los 214 familiares que, junto a la tumba de su ser amado, siguen con emoción la ceremonia.
Ocho soldados de la Guardia Escocesa, incluido un gaitero y los soldados de la British Force South Atlantic Islands (BFSAI) mantienen sus armas en posición de honor y respeto.
“Pidamos ser constructores de la paz entre los pueblos y trabajar por una cultura del encuentro, sin divisiones, odios y guerras”, cerró la plegaria el sacerdote. Luego se ofreció la comunión en un clima de silencio absoluto y recogimiento. Se leyó la Liturgia de la Palabra (lectura del Santo Evangelio según San Juan).
“Es mi primera vez en Malvinas -dice Claudio Avruj- y me siento muy conmovido. Este trabajo que me tocó es el más maravilloso de mi vida. Frente a las imágenes de desolación de las islas, va a perdurar en mí la imagen del cementerio colmado y al que hoy se llenó de vida. El Estado ha saldado una deuda de indiferencia con los combatientes y con sus familias después de 35 años”.
Antes de abandonar el cementerio, Geoffrey Cardozo depositó debajo de la gran cruz una Rosa por la Paz, confeccionada por el orfebre Juan Carlos Pallarols. María Fernanda Araujo, presidenta de la Comisión de Familiares, ofrendó una corona de rosas blancas de tela, ya que no pueden cultivarse en la isla ni está permitido ingresar material orgánico.
También se le entregó al comandante de las fuerzas británicas una rosa para que sea llevada al cementerio de San Carlos donde descansan 14 de los 255 soldados británicos caídos en el conflicto.
“Creí que iba a venir al entierro de mi hijo y fue como un renacer. Él volvió a estar presente como la última vez que le di un beso cuando se fue a Malvinas”, abraza la cruz Amanda Balvidares.
En el cierre se hace una foto final con todas las familias: “¡Por los chicos!”, gritan. “Viva la patria”, agregan. Y hay aplausos para el coronel inglés que hizo el cementerio. “Queremos besarle las manos porque él fue el último que tocó a nuestros hijos”, confiesan las mamás. “Y nos trajo paz porque ahora sabemos que los cuidó y los trató con amor”.
Ya es hora de dejar Darwin. Solo se escucha el roce de las piedras en los pasos lentos de las familias que no quieren abandonar el camposanto.
“Adiós, hijo, quiero volver pronto a verte. Saber el lugar donde estás me trajo paz”, dice Sonia, mama de Jose Ortega, y besa la cruz con amor infinito. El viento empieza a soplar fuerte otra vez en Darwin.
Infobae Buenos Aires 2018


viernes, 10 de noviembre de 2017

Batalla de la Vuelta de Obligado


El 20 de noviembre de 1845 se libró en aguas del Río Paraná, en la Vuelta de Obligado, partido de San Pedro, Pcía de Bs.As., la Batalla del mismo nombre, entre las tropas de la Confederación al mando de Lucio Mansilla y la flota anglo-francesa, que pretendía remontar libremente los ríos argentinos. Siempre que hablamos de las invasiones inglesas decimos 1º y 2º (1806 /07) y no tenemos en cuenta todos estos atropellos, este no fue un bloqueo es una invasión, algunos de nuestros historiadores tienden a ocultar con cambio de palabras los verdaderos hechos, bloqueos, sitios, usurpación, que al oído suenan distintos. ¿Será simple didáctica para que la enumeración no confunda? O el número sería tan grande que sería demasiado didáctico para ubicar quien es nuestro ancestral enemigo.
Buenos Aires era el puerto único de la Confederación Argentina, por estar, en el, concentrado el poder económico, por egoísmo de Bs. As., por costumbre y porque el transporte por el Paraná se hacía dificultoso a los buques de calado importante, movidos a vela, que debían navegar contracorriente, misión esta, que insumía mucho tiempo y elevaba los costos, no pudiendo competir con el tráfico de las pequeñas embarcaciones que remontaban el Paraná, cosa que cambiaría con el adelanto tecnológico del vapor aplicado a las naves y que al momento de Obligado ya los teníamos en nuestros ríos pretendiendo adueñarse de todo. Durante su gobierno, Rosas debió enfrentar una vez mas, (ya se habían apoderado de Malvinas) la agresión a la soberanía del país.
En 1838, Francia, entre cuyas causas se destaca la exigencia por obtener tratamientos especiales para sus súbditos, por encima de la ley vigente y que se resolvió finalmente con el Tratado Mackau-Arana en 1840, y el que nos convoca a este tratamiento en 1845, Inglaterra y Francia unidos en la piratería y la imposición de la fuerza como única razón. La enumeración de las causas sería muy prolongado y tal vez inútil cuando detrás de todo esto, está el interés económico de las potencias mundiales del momento y todo lo que analicemos sería buscar causas, que aunque no hubieran existido se habrían buscado otras pero las invasiones igual se habrían realizado, por que lo que se quería, era apoderarse de las riquezas de nuestros países. Lo cierto es que con Uruguay como excusa en 1845 se debió enfrentar la prepotencia colonialista, que decidió invadir el país. Con una flota mercante de mas 90 embarcaciones, con un cargamento estimado en 700.000 patacones a la espera del resultado, hubo de todas banderas, no faltando además de los invasores, barcos norteamericanos, holandeses y dinamarqueses, y la simpatía de los Paz y los Lavalle, lo que llevó al gobierno de la Confederación a lanzar una advertencia: “consideraría piratas a quienes navegasen el Paraná sin autorización”. Protegida por la escuadra de guerra anglo- francesa. La primera acción del ataque fue, el 5 de septiembre de 1845, al tomar la isla de Martín García, al mando de Garibaldi, (héroe italiano). De allí la escuadra atacante se interna por el río Uruguay, atacando Gualeguay, donde se produce un verdadero saqueo: caballos y arneses, ropa y todo lo que se les ocurrió, incluyendo violaciones y cautiverio de mujeres, pensar que todavía, hay en nuestro país muchos lugares nombrados en su homenaje. También atacó Salto y Concordia, manteniendo su piratería por todo el río Uruguay. Mientras la armada del Paraná se asentó en Ibicuy, planificando su acción. El 17 deciden continuar por el brazo del Paraná Guazú. La flota mercante queda a la espera en el Ibicuy. A todo esto, Mansilla recorre la ribera del Paraná, buscando el lugar propicio para detener el ataque, decidido que sea la Vuelta de Obligado el lugar para la defensa.(ver mapa satelital) El paraje esta situada sobre la margen derecha del Río Paraná, allí, en el recodo que hace el río, con una profundidad de unos 15 mts, y un ancho de aproximadamente 700 metros entre barrancas, se disponen barcazas unidas con gruesas cadenas para tratar de cerrar el río y se instalan baterías en la costa, todo muy humilde y hecho a pulmón, apoyados con una tropa de milicias (tropa no profesional), también participa la caballería gaucha de la Provincia de Bs. As y 400 hombres de infantería del cuerpo de Patricios, en primera línea, bajo el mando del cnel. Ramón Rodríguez. La fuerza aliada invasora formada por las naves inglesas Gorgon, de 1200 tn impulsados a vapor, buque insignia al mando del comandante en jefe, cap Hotham; el Firebrand, también impulsado a vapor, comandado por el cap. Hope, la corbeta Comus al frente del cap. Inglefield; los bergantines Philomel del cap. Sullivan; el Dolphin con el cap. Leving y el Fanny al frente del cap. Key. Esta flota inglesa portaba en total 50 cañones. La escuadra francesa estaba formada por el vapor Fulton de 650 tn al mando del cap. Mazeres: la corbeta Expeditive del cap. De Muriac y los bergantines Pandour de Du Marc, el Procida con el cap. de la Riviere y la nave capitana St. Martín al frente del comandante en jefe Trehouar. Los vapores Gorgon, Firebrand y el Fulton. Los cañones franceses sumaban 49 piezas. Como complemento Mansilla ordena que la flota de río de la Confederación, a cargo de Erézcano y con la goleta “Chacabuco”, la balandra “Carmen”, los pailebotes “Arroyo Grande” y “Apremio” y el lanchón armado “Buena Vista” obstruyera el paso de la Ramada, ubicado a unos 10 Km. aguas abajo de la desembocadura del arroyo Lechiguanas, en el Paraná Pavón por medio de 7 lanchones atravesados por 2 cadenas, y unos pocos echados a pique, estando sostenida desde la costa por un destacamento a las órdenes del tte. cnel. Jorge. Con esto quedaba protegida la entrada a la población de Victoria, y en la boca del Gualeguay el gobernador de Entre Ríos dispone una guardia de 40 hombres. También se dispuso un servicio de 4 postas que servía de vigilancia y a su vez mantenía informado perfectamente a Mansilla. Llega el día, y los atacantes se ponen en marcha, con la St. Martín, al frente, nave capturada a las fuerzas argentinas. Mansilla arenga sus tropas:” ¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria, al navegar, sin mas título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país .¡Pero no lo conseguirán impunemente! Tremole en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea”. Los criollos entonaron entonces el Himno Nacional acompañados por la Banda de Patricios y a su fin Mansilla da la orden de fuego y detrás un sonoro ¡Viva la Patria! Y las 4 baterías al unísono comenzaron a descargar sus proyectiles. Transcurrían 43 minutos después de las 8 de la mañana. El St. Martín recibe una andanada que la deja maltrecha, casi pierde su palo mayor (recibió 11 impactos a lo largo del combate) y de su tripulación 44 hombres quedan fuera de la acción, entre ellos el 2° y el 3° oficial. Un impacto la deja a la deriva. Para las 10,30 el combate se generaliza y 2 hs mas tarde el bergantín Republicano, que apoya el bloqueo del río, agotada su munición es volado por su capitán, Craig, y el fuego se esparce por los lanchones a su costado y que como verdaderas naves de fuego son soltados por los criollos, pero la correntada los impulsa lejos de los atacantes. La escuadra hacía estragos sobre las baterías, que pese a ello continuaban respondiendo. Tanto es así que los argentinos ponen fuera de combate a los bergantines Pandour y Dolphin, silenciando los cañones mayores de la Fulton, obligando a retirarse al Comus, mientras que el St. Martín vagaba a la deriva. En las baterías aumentaba el heroísmo y el entusiasmo, pero también la preocupación porque los proyectiles se acababan. Las fuerzas invasoras en un acto de desesperación del capitán Hope embarca a algunos hombres en tres pequeñas y rápidas embarcaciones y se dirige resueltamente hacia las cadenas, logra cortarlas. Inmediatamente se filtró primero la Fulton, y luego la Gorgon y la Firebrand, los 3 impulsados a vapor, y comienza a bombardear las baterías sobre ambos flancos, el enemigo, logra desembarcar y concentra sus fuerzas de infantería, se ordena una carga de caballería, que obliga a los enemigos a volver a remo a las naves. Hacia las 16 el bombardeo se hace irregular, los proyectiles se están agotando en las baterías criollas, ya cayendo la tarde Mansilla intentó frenar el desembarco con una carga cuerpo a cuerpo y a cuchillo, cayendo el mismo, mal herido, haciéndose cargo su segundo el cnel. Crespo. Sobre las 19 el combate casi ha terminado. Los criollos se repliegan a dos leguas de distancia hacia San Nicolás, dejando en el campo de Obligado 250 muertos y 150 heridos. Las pérdidas invasoras fueron: franceses 18 muertos y 70 heridos, mientras que los ingleses 10 muertos y 25 heridos. Y en cuanto al material perdido, cayeron en poder de los piratas los 21 cañones fijos de las baterías, de los cuales se llevaron a bordo 10 de bronce, como trofeos y el resto se tiró al río. Se apoderaron de las 24 barcazas que sostenían la cadena y de una importante cantidad de chalanas. El Republicano fue volado. Al tener noticias de la Batalla de la Vuelta de Obligado, San Martín escribe a Guido el 10 de mayo de 1846”...los interventores habrán visto… que los argentinos no son empanadas que se comen sin mas trabajo que abrir la boca...” y mas adelante el propio Gral. San Martín le escribe a Rosas:”...la batalla de Obligado es una segunda guerra de la Independencia” El parte de guerra correspondiente a la batalla fue elevado por Mansilla a Rosas el 20 de diciembre, en razón de su convalecencia. De puño y letra eleva al gobernador, un pormenorizado relato del Combate y donde estima que sus fuerzas soportaron entre 12.000 y 15.000 proyectiles entre bombas y granadas. Destaca el comportamiento de todos sus hombres y la labor de doña Petrona Simonino, “la nicoleña” esposa del Cap, Silva por su abnegada atención a los heridos. La flota atacante remontó el río hasta Corrientes y Asunción luego de permanecer durante 40 días detenida en reparaciones, retoma su marcha, escoltando ahora a un convoy mercante compuesto por 92 naves comerciales que esperaron escondidos en el Ibicuy. Mansilla, una vez repuesto de sus heridas junto con Alzogaray continúan hostigando al gran convoy, en su ruta río arriba, con baterías volantes a cincha de caballo, integradas por 10 cañones. Se suceden los combates, el presunto triunfo de las fuerzas mas poderosas del mundo unidas contra la Confederación, apenas logran hacer algunos negocios que luego perdieron en su retirada. Analizar la batalla de La Vuelta de Obligado, es ver una repetición de la historia de un pueblo que no se dejará atropellar nunca, por mas que la empresa implique perder la vida. Que se les grave a los invasores y a los traidores, la bandera argentina es celeste y blanca y mientras exista un argentino bien parido así será. Honor y gloria a nuestros muertos de ayer, hoy y siempre ¡ VIVA LA PATRIA ¡

miércoles, 23 de agosto de 2017

Malvinas: habría tumbas con nombres falsos en Darwin

 




Miércoles, Agosto 23, 2017





MARTES, 22 de agosto 2017.
                   - Habría tumbas con nombres apócrifos en el cementerio argentino de Darwin, en Islas Malvinas. Esta conclusión surge de una larga investigación, en la que se compararon documentos que registran el armado de la necrópolis militar, en 1983, del coronel británico Geoffrey Cardozo; los listados de la Cruz Roja Internacional que se desprenden del mismo; y sus actualizaciones y las fotografías de todas las tumbas.
                  También, un informe de 609 hojas de la Comisión de Familiares de Caídos. Junto a traductores especializados, fue un trabajo de control tumba por tumba durante casi cuatro meses.
El más importante documento es el de Cardozo, de febrero de 1983, y la actualización de septiembre de ese mismo año. Redactado de manera que se pueda leer en tres partes, la primera detalla objetivos a cumplir, plan y logística de lo que se llevara a cabo para el armado del Cementerio. La segunda es un reporte diario del trabajo de campo, como se ubican los cuerpos, y sus reubicaciones.
                    En tanto, la tercera y última parte, contiene los listados con los restos encontrados en cada área, zona geográfica de las Islas, tumba, número de serie de ataúd. Adjunta mapas, detalla minuciosamente que restos fueron identificados y en base a qué elementos, si hay medalla de identificación, numero de cedula militar o alguna pertenencia que indique esa identificación.
                     El trabajo del Coronel Cardozo, enviado a las islas a tal efecto, fue minucioso y prolijo. No hay un solo detalle que se escape a su análisis. Así se transmitió al gobierno británico y la Cruz Roja Internacional, que lo informó a la Argentina. Aquellos que solo tenían número de cédula militar o documento fueron posteriormente identificados en Argentina, y colocados sus nombres en las placas o cruces.
                  Al inicio de esta investigación, Cardozo aseguró en diálogo con Adelanto 24 que salvo el ingreso de dos restos entre fines del 83 y principios del 84, cuyos número de ataúd son 61 y 221, los restos del Teniente Miguel Ángel Giménez en el 86 y del Primer Teniente Eduardo Casco, en 2009, que ya tenía tumba, no hubo ni exhumaciones, ni identificaciones en el cementerio.
                El interrogante surge ante el cruce de información de todos los listados existentes, las fotografías de todas las tumbas que hoy tienen placa. Por este material consultamos a la Comisión de Familiares de Caídos, que preside María Fernanda Araujo, y a la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas (AVEGUEMA), ambos vinculados a las Fuerzas Armadas. Respondieron que no existirían otros materiales para analizar. Esto se hizo para descartar que hubiese ingresos registrados fuera de nuestro alcance.
                   Hay dos tumbas con más de un cuerpo. En una de ellas, con detalle preciso, 1 NN más tres restos, sin elementos identificatorios, procedentes de un lugar determinado donde cayeron en combate. Hoy, y no sabemos desde cuándo, esa tumba tiene cuatro nombres de 3 soldados que murieron en otras locaciones y uno en la que señala el informe. Son de distintas fuerzas.
                   Claro está, no hay manera posible de explicar esto. Sus nombres se reservan a un eventual pedido de la Justicia, si lo hubiera, porque sus familias no lo sabrían.
                Consultado al respecto por Adelanto 24, Cesar Trejo, ex presidente y referente de la Comisión de Familiares de Caídos, sus respuestas son esquivas, no sabe y dice que de haber ocurrido eso, deberá haber una investigación, que la culpa es de lo que hicieron los británicos en el 83 o lo que hace la Cruz Roja ahora, que nunca los participaron.
                Cabe aclarar que esta comisión se negó sistemáticamente a las identificaciones y que Geoffrey Cardozo no se comunicó con ellos sino con la Fundación No me Olvides, que si bregaba por ellas. Aunque esta comisión es la responsable del cementerio y, de hecho, guardan en custodia las cruces del primero, modificado en 2004 por obra de Eduardo Eurnekian, en un galpón de Aeropuertos Argentina 2000 en Ezeiza.
              Incluso, las han exhibido públicamente en algunas oportunidades. Sería sencillo poder comparar las tumbas identificadas con aquellas viejas cruces, pero eso es algo que escapa a esta periodista.
                Adelanto 24 también se contactó por este tema con Sebastián Socodo, responsable argentino de cuidar el cementerio, que vive en Malvinas. Dijo que no tenía registros de lo que había dentro de Darwin, lo que de ser cierto, es peligroso, porque no podría controlar actos de vandalismo o cambios de placas.
          AVEGUEMA, por su parte, reconoce estas irregularidades como “errores no forzados, cometidos desde el continente, que deberán enmendarse luego de que termine el proceso de las identificaciones”. Vale recordar que el proceso se inició hace poco más de una semana en Malvinas.
Hay otras tres tumbas, que aparecen como “vacías” en los listados e informes y que también están nominadas con placas, no habiendo podido acceder al registro de ingreso de esos restos desde el 83 hasta hoy. Y comparadas con la información oficial del Ministerio de Defensa de la República Argentina, también arrojan diferencias.
             El resultado de esta investigación ha sido informado a la Sede Regional de la Cruz Roja Internacional, en la persona de Sandra Lefcovich, quien respondió haber derivado el tema al área correspondiente. También ha sido informado el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, sin haber podido tener constancia de que leyera el informe, no ha respondido la consulta telefónica. Se informó a Laurent Corbaz, que trabaja hoy en la Misión Humanitaria de identificación en Malvinas, por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Julio Aro de la Fundación No Me Olvides, con quien hemos intercambiado información, y sostiene no conocer con que listados se está trabajando. Y por supuesto se informó a Geoffrey Cardozo.
                El único que respondió con preocupación fue el CECIM, centro de ex combatientes de Malvinas, que había logrado por una presentación judicial pidiendo las identificaciones, que el Juzgado del Doctor Julián Ercolini, admitiera y dictara la orden para que el estado instrumente lo necesario para que se solicite la identificación de los NN de Darwin.
                Tal vez todo deba ser secreto, pero podría haber familias que se pierdan la oportunidad de que sus seres queridos sean identificados, puesto que al no ser los nombres que están en esas tumbas, pueden estar mezclados con los 123 sin identificar y habría muestras que no se crucen con ningún resto.
               Mucho se ha dicho de las tumbas de Darwin, se ha asustado a familiares para que no hagan las extracciones para cruzar ADN con restos, se les ha mentido diciendo que sus familiares están en fosas comunes en cualquier lugar. El informe de Geoffrey Cardozo da fe y rigurosidad de que esto es una mentira, de aquellos que no quieren las identificaciones, y estas tumbas con placas y nombres que no corresponden, pueden ser una explicación a esos hechos.
            La identificación de los muertos en combate es un derecho amparado en el derecho internacional humanitario. Mientas en la Argentina se pelea por la denominación de los no identificados, hay que recurrir al derecho internacional, y comprobar que NN, NK en Ingles, o desaparecido en acción o en combate, son las denominaciones que deben usarse.
               No somos optimistas en que haya otros acuerdos, el momento de pedir explicaciones a quien corresponda es ahora.

Fuente: El Malvinense, Usuahia, Tierra del Fuego, Argentina 
             El Fueguino, Diario, elfueguino.com.ar   Rio Grande Tierra del fuego Argentina